En la sociedad COMPETITIVA en la que vivimos, y más en el momento actual en el que día tras día el concepto de CRISIS está en nuestra mente, la mayoría de las personas, tienen bastante claro que es necesario esforzarse mucho para, ya no solo mejorar su situación, si no incluso para mantenerla.
La situación de crisis tan prolongada, en una economía de mercado, nos está llevando en el mundo de la empresa a unos límites, bajo nuestro punto de vista muy PELIGROSOS. Se requiere de una cualificación cada vez más elevada para realizar el más mínimo trabajo.
Estamos de acuerdo que la FORMACIÓN es muy importante, pero también tenemos que reconocer que no todos los trabajos requieren de la preparación que se solicita; y dichos requisitos, no son más que criterios de carácter eliminatorio. Pero, si no se cumplen, no se tiene acceso al trabajo, lo que genera un stress generalizado aumentando la AUTOEXIGENCIA de los individuos.
Es imprescindible ser POSITIV@S, estar muy bien formad@s, tener buena imagen, lo que conlleva otra serie de esfuerzos como hacer deporte, llevar una buena alimentación, cuidar nuestra forma de vestir, relacionarnos de forma adecuada y continua, estar bien informad@s, ser proactiv@s, participativ@s, colaboradores/as, cooperativ@s.... y así podríamos continuar en una inmensa lista.
Ahora bien, si seguimos todos estos parámetros ¿ vamos bien encaminados hacia el éxito?.. bueno, bajo nuestro punto de vista DEPENDE..
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¿Y de qué depende? pues de varias circunstancias:
- No todo el mundo tiene la capacidad económica para formarse como le gustaría, ni para ir al gimnasio o hacerse ese tratamiento de belleza que le daría la imagen que le encantaría tener.
- Hay personas que no tienen la VOLUNTAD suficiente para ello y no por eso podemos juzgarlas ni castigaras, si no todo lo contrario, ayudarlas.
- Aunque se cumplan todos los parámetros, en ocasiones es tanto lo que nos exigimos que nuestra AUTO-EXIGENCIA nos LIMITA y nos cierra puertas en lugar de abrírnoslas.
En este último punto, al que es tan difícil llegar, resulta muy FRUSTRANTE y doloroso para la persona ,que su propio SACRIFICIO sea su peor ENEMIGO, puesto que le genera un stress, que incluso puede llegar a perjudicarle en su SALUD.
Además, la Sociedad e incluso el mundo empresarial, es muy INCONGRUENTE con la AUTOEXIGENCIA, puesto que se requiere mucho espíritu de sacrificio para alcanzar METAS que merezcan la pena, pero sin embargo cuando una persona DESTACA por su ESPÍRITU DE LUCHA, se suele generar DESCONFIANZA hacia ella, lo que a su vez produce un efecto rebote muy NEGATIVO para la persona AUTOEXIGENTE.
Si todo esto es afecta a todos los niveles, mucho más en nuestra profesión, un mediad@r con un nivel de AUTOEXIGENCIA muy elevado lo tendrá muy difícil para guardar su plano , puesto que no debemos olvidar que como mediador@s debemos permanecer NEUTRALES E IMPARCIALES ante un CONFLICTO que NO es nuestro si no de los MEDIADOS y si somos muy autoexigentes con nosotr@s mismos como mediadores/as estaremos demasiado centrados en nuestra persona analizandonos continuamente, valorando nuestro trabajo en lugar de estar ATENTOS a los MEDIADOS pues ellos son los IMPORTANTES. Si somos excesivamente autoexigentes, no estaremos realizando una adecuada ESCUCHA ACTIVA, fundamental en nuestro trabajo, y perderemos toda la información que necesitamos para poder ENCUADRAR el CONFLICTO.
Esto no significa que no llevemos un REGISTRO PERSONAL de nuestra ACTUACIÓN pero sin que la AUTOEXIGENCIA bloquee el PROCESO.
¡¡ESFORCÉMONOS SIN PERDER NUESTRA ESENCIA¡¡
Mª ANGELES MORAGA MARTÍNEZ.