Vivimos en la Sociedad del "ruido" y valoramos muy poco el SILENCIO, cuando es una herramienta de COMUNICACIÓN muy valiosa. En numerosas ocasiones un silencio dice mucho más que las palabras, y que duda cabe que nos ayuda a ESCUCHAR.
Pero el SILENCIO tiende a incomodarnos en muchos contextos, como en esas primeras tomas de contacto, donde comúnmente se dice que alguien tiene que romper el hielo y parece que nadie se decide a comenzar una conversación objeto de diálogo. Esto se produce muy a menudo en el ámbito de la Mediación, y el mediador tiene que aprender a gestionar los silencios sin sentirse incómodo ante ellos y siendo paciente, pues muchas veces por esa IMPACIENCIA que genera, se puede crear un agravio a cualquiera de las partes.
Si eres Mediador, piensa que igual que te incomoda a ti , le incomoda a los mediados y finalmente son ellos los que tienen el conflicto y los que han decidido de forma voluntaria sentarse a mediar, por lo que finalmente romperán el silencio para expresar sus posturas y emociones.
Además si positivizas la situación, es un tiempo estupendo que uno tiene para reflexionar, y observar antes de hablar. Pues estos silencios también se dan en distintos tipos de personas:
- Personas introvertidas
- Personas que tienen dificultades para comunicarse.
- Personas desconfiadas.
- Personas que una vez puesta sobre la mesa su posición son inflexibles a cambiarla y manifiestan " yo no tengo nada más que decir" ....etc y un gran número de casos tan diversos como conflictos que existen.
Bien, si es cierto que en la medida de lo posible lo ideal es respetar los silencios hasta que las partes se manifiesten por si mismas, pero si se alarga demasiado, BLOQUEANDO la Mediación, el Mediador sabrá como redirigir el diálogo mediante preguntas para que fluya la conversación, pero insistimos sin prisa, y dejando sus tiempos al silencio.
Por otro lado, el SILENCIO también puede venir y de hecho es positivo que venga, por parte del Mediador, no debemos olvidar que una de las funciones fundamentales del Mediador es la ESCUCHA ACTIVA. Para escuchar, es NECESARIO mantenerse en SILENCIO. Si nos precipitamos en nuestras intervenciones habladas como Mediadores, nos podemos perder información fundamental que hubiera venido del mediado si hubiéramos estado más en SILENCIO, hablando MENOS y escuchando MAS.
Además de todo esto, los Mediadores, somos humanos, y como cualquier persona, ya sea profesional o no, muchas veces nuestra mente nos traiciona, y nos despistamos aunque sea un breve instante de lo que está sucediendo en el contexto en el que nos encontramos. No nos sintamos MAL por esto, nos pasa a todos, ahora bien, si tratamos de rectificar con palabras haciendo dar a entender que estábamos muy atentos, rápidamente la otra parte será CONSCIENTE DE NUESTRO DESPISTE....MANTENTE EN SILENCIO...VUELVE A SITUARTE, escucha y rápidamente tu mente te colocará para hacer la PREGUNTA ADECUADA. Mas vale callar y reflexionar que hacer patente tu DESCONEXIÓN.
En conclusión EL SILENCIO nos ayuda a escuchar a los demás pero lo que es más importante a ESCUCHARNOS A NOSOTROS MISMOS. No le tengamos miedo, más todo lo contrario, hazte su mejor ALIADO.
¡¡ FELIZ FIN DE SEMANA, QUE DISFRUTEMOS DEL SILENCIO¡¡.
Mª ANGELES MORAGA MARTÍNEZ.
Muy buena entrada!! Gracias.
ResponderEliminar